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Cáncer

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Reseña:


 

Consideraremos ahora la rápidamente creciente y típica enfermedad atlante que llamamos cáncer. Hemos hablado de una muy difundida enfermedad básica relacionada con el cuerpo físico y hemos tratado superficialmente otra que es producto de la naturaleza de deseo. El cáncer, en nuestro actual ciclo ario, es definidamente un resultado de la actividad de la mente concreta inferior y del estímulo del cuerpo etérico que la mente puede producir.

 

Esta es una principal enfermedad incidental al estímulo, en lo que concierne a las masas arias, así como la cardiopatía es también una enfermedad del estímulo, afectando en muy gran medida a los tipos de humanidad avanzada quienes —mediante el interés en los negocios y el liderazgo— a menudo sacrifican sus vidas y sufren el castigo por la energía mal aplicada y excesivamente concentrada, desarrollando por ello diversas formas de problemas cardíacos agudos.

 

Los discípulos e iniciados están propensos también a sufrir de esta enfermedad, debido al despertar en violenta actividad del centro cardíaco. En un caso, la energía de vida fluyendo a través del corazón es empleada más allá de toda tolerancia humana en el manejo de los asuntos humanos; en el otro, el centro cardíaco se abre y la tensión ejercida sobre el órgano del corazón es demasiado grande, sobreviniendo la enfermedad cardíaca. Una tercera causa se debe a la prematura o deliberadamente planeada elevación de la energía del plexo solar al corazón, ejerciendo así una inesperada tensión sobre él.

 

Naturalmente estoy haciendo amplias generalizaciones; posteriores evidencias demostrarán los tipos de actividad que evocarán las correspondientes dificultades en el corazón. Las enfermedades del corazón aumentarán grandemente a medida que entramos en la nueva raza raíz.

 

El cáncer es una enfermedad muy definidamente relacionada con los centros, y hallaremos que el centro en la zona donde existe el cáncer está excesivamente activo, con el consiguiente acrecentamiento de la afluencia de energía a través de la sustancia corpórea relacionada. La energía y el sobrestímulo de un centro no sólo puede ser el resultado de la actividad del centro y su consiguiente radiación, sino también de la supresión impuesta por la mente sobre cualquier actividad de determinado centro. Esto produce una acumulación de energía, y nuevamente tenemos la creación de demasiada energía concentrada en una zona particular. …Simplemente menciono estas causas como fructíferas fuentes de cáncer.

 

Sólo puedo dar indicaciones generales, establecer causas y dejar al investigador inteligente la tarea de estudiar los efectos después de aceptar como posibles hipótesis las sugerencias que he hecho.

 

Un cuidadoso estudio de las glándulas de secreción interna (y más tarde de toda la estructura glandular del cuerpo) y de la corriente sanguínea, establecerá que son la principal fuente de los trastornos físicos; inevitablemente, aunque lenta y pacientemente, los investigadores se verán obligados a retornar a los centros y llegarán a incluir en sus cálculos un sistema nervioso subjetivo (el sistema subjetivo de los nadis, que subyace en los nervios de todo el cuerpo) y demostrarán que esos factores son responsables de las principales enfermedades y de muchas subsidiarias y desconocidas dolencias que son el flagelo de la humanidad.

 

No obstante, el investigador de mente abierta que comienza por aceptar la realidad de los centros, considerándolos como posiblemente presentes y finalmente podrán ser demostrados, progresará más rápidamente; las enfermedades serán entonces controladas por el sistema de laya yoga (la ciencia de los centros) que será la forma sublimada del laya yoga de los días atlantes.

 

En la yoga del futuro, por medio de la meditación y el alineamiento y las prácticas correctas, los centros serán controlados directamente por el alma; algo muy diferente del control de los centros por la mente y para lo cual la humanidad no está aún preparada.

 

A esto será agregada la Ciencia del Aliento —no ejercicios de respiración como ahora se enseñan, con resultados a menudo tan peligrosos, sino un ritmo respiratorio impuesto por la mente a través de la cual el alma puede obrar, y que no requerirá nada más que el simple aliento físico rítmico pero que reorganizará los cuerpos más sutiles y llevará a los centros a una ordenada actividad, de acuerdo a rayo y punto en evolución.

 

No consideraré la patología de estas enfermedades. Ya ha sido considerada y tratada extensamente por la medicina común. En esta parte de mi exposición trato de poner el énfasis en las causas subjetivas y en los efectos objetivos, pues ambos deben relacionarse. La actividad —excesiva o insuficiente— de los centros es la causa subjetiva, pero aún no ha sido reconocida excepto por los esoteristas. Las causas (las causas aparentes que en sí mismas son el resultado de una verdadera causa subjetiva) son iniciadas por el hombre físico mismo, ya sea en esta vida o en una anterior —un punto que discutiremos más adelante.

 

Cuando considere las enfermedades raciales y nacionales no intentaré señalar que la tuberculosis es en todos los países, exclusivamente una enfermedad de la clase media; que la diabetes es la que más prevalece entre los pueblos del mundo que consumen arroz, y que el cáncer prevalece en Gran Bretaña, mientras que las enfermedades del corazón son la causa principal de la mortandad en Estados Unidos. Tales generalizaciones son al mismo tiempo verdaderas y falsas, como lo son comúnmente las estadísticas, y nada se gana elaborando estos puntos.

 

Todas estas dificultades serán contrarrestadas a su debido tiempo por una mayor comprensión, por el diagnóstico intuitivo de la enfermedad y por el magnífico trabajo de la medicina científica y académica, además de una verdadera comprensión de las correctas condiciones de vida.

 

Prefiero más bien hacer generalizaciones amplias que indicarán las causas, y no acentuaré las consecuencias de tales causas.

 

* * *

 

En lo antedicho les he dado mucho para reflexionar, y a medida que piensen profundamente, a medida que estudien los casos y tipos, a medida que observen las características y cualidades de aquellos que conocen y las cuales se manifiestan en alguna forma de definitiva enfermedad, vendrá la luz.

 

 

Extraído de: Un Tratado sobre los Siete Rayos – Tomo IV “Curación Esotérica”, Alice A. Bailey.

 


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