El Destino de las Naciones – Cimientos para una Vida Mejor y Más Abundante

CIMIENTOS PARA UNA VIDA MEJOR Y MÁS ABUNDANTE

Comenzando como siempre con el estudio del microcosmo como la clave para el macrocosmo, pero tratando al mismo tiempo de concebir al macrocosmo a fin de comprender el microcosmo, el hombre algún día establecerá una inteligente relación con el todo del cual él es una parte y con cooperación consciente. De este modo la mente superior y la mente inferior, lo abstracto y lo concreto, lo subjetivo y lo objetivo, llegarán a ser una unidad en funcionamiento y el hombre será íntegro.

No puedo darles la relación de los centros planetarios con el ser humano. Se daría demasiado conocimiento demasiado pronto y antes del momento en que hubiera suficiente amor en la naturaleza humana para neutralizar el posible abuso de la energía con sus consecuencias frecuentemente desastrosas. Los colores, la velocidad matemática de las vibraciones más elevadas que emanan de los centros —individuales y planetarios— y la cualidad (esotéricamente comprendida) de las energías, deben ser tema de investigación humana y autocomprobados. Las claves y las insinuaciones se han dado en la Sabiduría Eterna. El método más lento de investigación es el más seguro actualmente. A principios del próximo siglo, aparecerá un iniciado y continuará esta enseñanza.

Lo que resta de este siglo debe ser dedicado a reedificar el santuario del vivir del hombre, a reconstruir la forma de la vida de la humanidad, a reconstituir la nueva civilización sobre los cimientos de la antigua y a reorganizar las estructuras de pensamiento mundial, política mundial, más la redistribución de los recursos del mundo conforme al propósito divino. Entonces y sólo entonces será posible llevar la revelación más lejos.

El trabajo que está siendo realizado por quienes ven el escenario mundial como la palestra para el conflicto entre el Morador en el Umbral y el Ángel de la presencia, podría ser detallado como sigue:

1. Producir esas condiciones mundiales en las cuales las Fuerzas de la Luz pueden vencer a las Fuerzas del Mal. Esto lo hacen por el peso de sus fuerzas armadas, más su claro insight.

2. Educar a la humanidad en la distinción entre:

1. Espiritualidad y materialismo, señalando las diferentes metas de las fuerzas combatientes.

1. Compartición y codicia, delineando un mundo futuro donde Las Cuatro Libertades serán dominantes y todos tendrán lo que se necesita para correctos procesos-de-vida.

1. Luz y oscuridad, demostrando la diferencia entre un iluminado futuro de libertad y oportunidad y el sombrío futuro de esclavitud.

1. Compañerismo y separación, indicando un orden mundial donde odios raciales, distinciones de casta y diferencias religiosas no formarán barrera alguna para comprensión internacional, y el orden del Eje de razas maestras, determinadas actitudes religiosas y pueblos esclavizados.

1. El todo y la parte, señalando el momento que se aproxima (bajo el impulso evolutivo del espíritu) donde la parte o el punto de vida asume su responsabilidad por el todo, y el todo existe para el bien de la parte. El aspecto oscuridad ha sido ocasionado por eras de glamur. La luz está siendo enfatizada y aclarada por los aspirantes y discípulos mundiales, quienes por sus actitudes, sus acciones, sus escritos y sus declaraciones están llevando la luz a lugares oscuros.

3. Preparando el camino para las tres energías espirituales que arrastrarán a la humanidad hacia una era de comprehensión, conduciendo a una enfocada clarificación mental de las mentes de los hombres en todo el mundo. Estas tres inminentes energías son:

1. La energía de la intuición que gradualmente desvanecerá ilusión mundial y producirá automáticamente un gran aumento de las filas de iniciados.

1. La actividad de luz que disipará, por la energía de iluminación, el mundo de glamur y llevará a muchos miles al Sendero de Discipulado.

1. La energía de inspiración que ocasionará, por intermedio de su potencia arrolladora, la desvitalización o la remoción, como por un viento, del poder atractivo de maya o sustancia. Esto lanzará a incontables miles al Sendero de Probación.

4. Lanzando nueva vida al planeta por intermedio de toda agencia posible. …

5. Aclarando inequívocamente[1] a las naciones del mundo las verdades enseñadas por el Buda, el Señor de Luz, y el Cristo, el Señor de Amor. A este respecto podría señalarse que básicamente:

1. Las naciones del Eje tienen que captar la enseñanza del Buda como Él la enunció en las Cuatro Nobles Verdades; tienen que conciencializar que la causa de toda pena y aflicción es deseo —deseo por eso que es material.

2. Las Naciones Unidas tienen que aprender a aplicar la Ley de Amor como fue enunciada en la vida de Cristo y expresar la verdad de que “ningún hombre vive para sí mismo” ni tampoco nación alguna, y que la meta de todo esfuerzo humano es comprensión amorosa, impulsada por un programa de amor al todo.

Renunciación y el uso de la voluntad sacrificial deberían ser la nota clave para el período intermedio después de la guerra, previamente a la inauguración de la Nueva Era.

… Breve Intervalo de Silencio…

Estén de buen ánimo, pues no hay verdadera derrota del espíritu humano; no hay extinción final de lo divino en el hombre, pues la divinidad siempre surge triunfante del más oscuro pozo del infierno. Sin embargo es necesario que el individuo y las naciones que no están absorbidas por las esencialidades de la situación, venzan la inercia de la naturaleza material en respuesta a la necesidad humana. Hay señales de que ya está sucediendo. No hay poder en la Tierra que pueda evitar el avance del hombre hacia su meta destinada y ninguna combinación de poderes puede detenerlo. Hoy esa combinación está activa —una combinación de antiguo mal y moderno egoísmo agresivo, desencadenado por medio de un grupo de hombres inescrupulosos y ambiciosos en todos los países. Finalmente no tendrán éxito. Quizás detengan y obstaculicen el surgimiento de la libertad. El cargo contra ellos bajo los Señores del Destino se acumula, pero la Divinidad triunfará.

Extraído de “El Destino de las Naciones” y “La Exteriorización de la Jerarquía”, Alice Ann Bailey

[1]     Bringing home