El Destino de las Naciones – Métodos de Actividad de Sexto Rayo

MÉTODOS DE ACTIVIDAD DE SEXTO RAYO

Para comprender un poco el problema involucrado y los diferentes métodos de trabajo que caracterizan a aquellos que trabajaron en el pasado bajo la influencia del sexto rayo y aquellos que están aprendiendo a trabajar bajo la influencia del entrante séptimo rayo, sería de utilidad si comparáramos muy brevemente los dos sistemas de actividad. Abordemos ante todo los métodos de actividad de sexto rayo y sus principales características. Son, para nosotros, los más familiares y puede considerárselos rápidamente, permitiéndonos pasar a las nuevas formas de demostrar y descubrir la sabiduría antigua y a la comprensión de los recientes modos de trabajar que darán nueva vitalidad a la obra de la Jerarquía en el plano físico.

La característica sobresaliente del discípulo y del aspirante bajo el antiguo régimen fue devoción. La raza tenía, necesariamente, que alcanzar una diferente y correcta orientación hacia el mundo de los valores espirituales, y de ahí que el esfuerzo de la Jerarquía durante los últimos veinte siglos consistiera en poner el énfasis en el ámbito de los valores religiosos. Las religiones del mundo han ocupado el centro de la escena durante varios miles de años en un esfuerzo por hacer que la humanidad buscara centralizadamente al alma y de este modo se preparara para el surgimiento del quinto reino en la naturaleza. Esto está programado (si se me permite usar una palabra tan especializada) para entrar en manifestación durante la inminente era de Acuario; esta era será predominantemente la era del discipulado mundial, conduciendo más tarde a la era de iniciación universal en tiempos capricornianos. Por lo tanto las grandes religiones mundiales han ejercido dominio autoritario durante un muy largo tiempo; sus peculiares principios, adaptados a nación, raza o tiempo específicos, incorporaban alguna verdad por intermedio de algún instructor en particular que atraía hacia sí a individuos en todo el mundo, quienes estaban espiritualmente orientados, porque él expresaba para ellos la más elevada meta hacia la cual podían esforzarse. Todas las religiones del mundo han sido así construidas alrededor de una Idea encarnada, Quien, en Su Propia Persona, expresó el ideal inmediato del tiempo y época. Él demostró ciertos atributos y conceptos divinos que era necesario presentar a la visión de los hijos de los hombres como meta posible e inmediata. En estas manifestaciones —como he señalado antes— puede observarse fácilmente la influencia de sexto rayo. No obstante, cuando una influencia individual de sexto rayo puede ser observada en una era en la que el sexto rayo está excepcionalmente activo, entonces puede verse la razón de la potencia de la idea religiosa, como se expresa en dogma y doctrina teológicos y en la autoridad universal de las Iglesias.

Esta orientación del hombre hacia el mundo de los valores superiores ha sido el principal objetivo de la era de Piscis que está finalizando ahora, y de la influencia de sexto rayo que va desvaneciéndose tan rápidamente. Aunque en ningún momento esta orientación básica haya dejado de avanzar constantemente, es útil tener en cuenta que durante los últimos dos mil años se ha mantenido ante la raza un proceso de orientación mucho más elevado, más raro y más difícil, y por la siguiente razón. El cuarto reino en la naturaleza ha sido definitivamente atraído hacia arriba, hacia el emergente quinto reino, lo cual hizo necesario también el traslado de la atención desde los tres mundos del esfuerzo y expresión humanos, al mundo superior de la conciencia del alma. Asimismo requirió el reenfoque de la atención instintiva e intelectual, principales factores en el desenvolvimiento de la concienciación divina. Esta concienciación puede ser instintiva, intelectual y por lo tanto humana, y también espiritual. Pero las tres son igualmente divinas, lo cual es un punto que a menudo se olvida.

El segundo objetivo del discípulo de sexto rayo o del hombre que está emergiendo de la influencia de sexto rayo pero que aún está condicionado por él (siendo un ser humano representativo desde el ángulo evolutivo corriente), ha sido el desarrollo de la “capacidad de abstracción”, como se la denominó. La cualidad sobresaliente de nuestro día y período, como resultado de trasmutar cualidad y carácter humanos en y a través de sus discípulos, ha sido la expresión de la naturaleza idealista del hombre, o de su respuesta instintiva a los valores intuitivos superiores. En el pasado, personas altamente desarrolladas pero escasas demostraron aquí y allá este poder de abstraer la conciencia del aspecto material o forma de la vida y enfocarlo en el ideal y en la expresión amorfa de la verdad viviente. Hoy, masas enteras y naciones enteras están reglamentadas por ciertas formas de idealismo y pueden apreciar y aprecian las ideas, formuladas en ideales.

De este modo nuevamente puede verse el éxito del proceso evolutivo y demostrarse la efectividad del trabajo de la Jerarquía, a medida que se esfuerza por expandir la conciencia humana.

… Breve Intervalo de Silencio…

Por la potencia de la actividad de sexto rayo, debido al largo período en el cual ha estado expresándose, la reacción del ser humano término medio es de una intensa devoción a su propio ideal particular, más el esfuerzo, fanáticamente, de imponer su sueño idealista (pues un sueño es todo lo que potencialmente es) a sus semejantes y hacerlo en tal forma que desafortunadamente la idea original se pierde, el ideal primario se destruye y el devoto llega a estar mucho más ocupado por el método de aplicar su ideal que por el ideal mismo. Así la idea se pierde en el ideal y el ideal, a su vez, en el método de su aplicación. El hombre se vuelve el devoto de un ideal que puede o no estar encarnado en una expresión individual; esto controla sus pensamientos, pre-ordena sus actividades y frecuentemente lo conduce a despiadados excesos en aras de su peculiar y formulada idea.

Bajo la inmediata expresión del sexto rayo, el divino principio del deseo se ha alejado potentemente del deseo por la forma material, al reino del deseo superior. Aunque todavía prolifera el materialismo, hay pocas personas que no estén animadas por ciertas claras aspiraciones idealistas por las que estarían dispuestas a hacer sacrificios, cuando fuera necesario. Este es un fenómeno relativamente nuevo y que debería ser cuidadosamente observado. En el trascurso de las edades, grandes hijos de Dios siempre han estado dispuestos a morir por una idea; hoy, masas enteras de hombres están igualmente dispuestas y así lo han hecho, sea la idea de un estado, imperio o nación sobrehumanos, o alguna respuesta a una necesidad mundial fundamental, o alguna potente adhesión a alguna ideología actual. Esto indica fenomenal logro racial y el pronunciado éxito de la Jerarquía para trasladar la atención humana al mundo de donde surgen las ideas, elevándola hacia los valores más altos y menos materiales.

Extraído de “El Destino de las Naciones”, Alice Ann Bailey