El Séptimo Rayo Revelador de la Nueva Era: Ritual y Ceremonial 1

RITUAL Y CEREMONIAL 1

Aquí sería prudente dilucidar en parte la idea que subyace en el ceremonial y ritual. Tanta rebelión hay en este momento contra el ceremonial, y tantas personas buenas y bienintencionadas se consideran habiendo superado y trascendido el ritual. Se jactan de haber alcanzado esa supuesta “liberación”, olvidando que sólo es el sentido de individualidad lo que permite esta actitud, y que ningún trabajo grupal es posible jamás sin alguna forma de ritual. Por lo tanto la negativa a participar en uniformidad de acción no es signo alguno de un alma liberada.

La Gran Hermandad Blanca tiene sus rituales, pero son rituales que tienen como objetivo la inauguración y el auxilio a diversos aspectos del Plan y a las actividades cíclicas variantes de ese Plan. Donde estos rituales existen, pero donde el significado (inherentemente presente) permanece oculto y no conciencializado, debe demostrarse como consecuencia un espíritu mortecino, de inutilidad y de hastío de interés por formas y ceremonias. Pero donde se demuestra que ritual y ceremonias organizadas son sólo la evidencia de una custodia de fuerzas y energías, entonces la idea es constructiva en su elaboración, cooperación con el Plan deviene posible, y el objetivo de todo el servicio divino comienza a demostrarse. Todo servicio es gobernado por el ritual.

La entrada del séptimo rayo conducirá a esta deseada consumación, y los místicos que están entrenándose en la técnica del motivo oculto y en los métodos del mago entrenado se hallarán cada vez más cooperando inteligentemente con el Plan y participando en esos rituales básicos que se distinguen por el poder para:

1. Utilizar las fuerzas del planeta al servicio de la raza.
2. Proyectar esas energías que producirán en uno u otro de los reinos de la naturaleza efectos de aspecto deseable y benéfico.
3. Atraer y redistribuir las energías que están presentes en todas las formas en los diversos reinos subhumanos.
4. Curar mediante un método científico de unir alma y cuerpo.
5. Producir iluminación mediante correcta comprensión de la energía de Luz.
6. Desarrollar ese futuro ritual que finalmente revelará la verdadera significación del agua, lo cual revolucionará sus usos y permitirá al hombre pasar libremente al plano astral, plano de la naturaleza del deseo emocional, cuyo símbolo es el agua. La futura era acuariana revelará al hombre (y por lo tanto también facilitará el trabajo del séptimo rayo) que ese plano es su hogar natural en esta etapa de desarrollo. Las masas están hoy totalmente, pero inconscientemente, polarizadas en ese plano. Deben llegar a ser conscientemente conscientes de su actividad. El hombre se halla en vísperas de estar normalmente despierto en el plano astral, y este nuevo desarrollo se producirá mediante rituales científicos.

La influencia de sexto rayo produjo la aparición de la moderna ciencia de la sicología, y esa ciencia ha sido su gloria consumadora. La influencia de séptimo rayo llevará esa ciencia infantil adelante, a la madurez. La creencia en el alma se ha generalizado durante el período de sexto rayo. El conocimiento del alma será el resultado de la actividad del rayo entrante, además de la ayuda aportada por las energías liberadas durante la Era Acuariana entrante.

La sicología nueva y esotérica será constantemente desarrollada. Será evidente por lo tanto que Un Tratado sobre Magia Blanca tiene una importancia definitivamente de séptimo rayo, y este Tratado sobre los Siete Rayos también ha sido proyectado en un esfuerzo por clarificar las influencias espirituales entrantes. Una de las primeras lecciones que aprenderá la humanidad bajo la potente influencia del séptimo rayo es que el alma controla su instrumento, la personalidad, mediante ritual, o mediante la imposición de un ritmo regular, pues ritmo es lo que realmente designa un ritual. Cuando aspirantes al discipulado imponen un ritmo a sus vidas lo denominan disciplina, y se sienten felices por ello. Lo que hacen grupos que son reunidos para el desempeño de cualquier ritual o ceremonia, la que fuere (ritual de la iglesia, el trabajo masónico, la instrucción del ejército o de la marina, organizaciones comerciales, el correcto funcionamiento de un hogar, de un hospital o de un espectáculo, etc.), es de análoga naturaleza, pues impone a los participantes un desempeño simultáneo, una empresa idéntica, o un ritual. Ninguno en esta tierra puede evadir el ritual o ceremonial, pues la salida y la puesta del sol impone un ritual, el trascurso cíclico de los años, los potentes movimientos de los grandes centros de población, la ida y la venida de trenes, de trasatlánticos y de correos, y la regular trasmisión de la radio —todos estos imponen un ritmo a la humanidad, sea esto reconocido o no. De estos ritmos, los grandes experimentos actuales en estandarización y regimentación nacional son también una expresión, conforme se manifiestan a través de las masas en cualquier nación.

Extraído de “Sicología Esotérica, Tomo I”, Alice Ann Bailey.