El Séptimo Rayo Revelador de la Nueva Era: Su Propósito

El Séptimo rayo: su propósito

Esta es la energía de Orden Ceremonial. Es una expresión de la voluntad que impele hacia la manifestación externa; es aquello que personifica a ambos: la periferia y el punto en el centro. Es la voluntad de “síntesis ritualista”, si puedo expresarlo así. Necesidad es el principal factor condicionante de la naturaleza divina —la necesidad de expresarse a sí misma; la necesidad de manifestar de una manera ordenadamente rítmica; la necesidad de abarcar “lo que está arriba y lo que está abajo” y, por medio de esta actividad, producir belleza, orden, perfectas totalidades y rectas relaciones. Es la energía impulsora que el Ser emana cuando aparece y toma forma y vive. Es la Voluntad hacia la Expresión.

Hoy, respecto a la humanidad, su expresión más elevada es organización.

… Espacio de Silencio…

El Señor de Orden Ceremonial o Magia ahora está llegando al poder y lenta pero seguramente está haciendo sentir Su presión. Su influencia es muy potente sobre el plano físico, pues hay una íntima interrelación numérica entre (por ejemplo) el Señor del séptimo rayo y el séptimo plano, el físico, así como la séptima raza raíz verá completa conformidad con, y una perfecta expresión de, ley y orden. Este rayo de orden y su advenimiento es parcialmente responsable de la actual tendencia en los asuntos mundiales hacia la dictadura gubernamental y el impuesto control de un cuerpo gobernante central.

Ahora expresaremos el propósito de rayo en la forma de una antigua enseñanza preservada en hojas tan viejas que la escritura se va desvaneciendo lentamente. Ahora las traduzco en lenguaje moderno aunque mucho se pierda con eso.

El Séptimo Propósito de la Deidad – Rayo VII. Orden Ceremonial o Magia

“Que el Templo del Señor sea construido”, gritó el séptimo gran Ángel. Entonces hacia sus lugares en el norte, el sur, el oeste y este, siete grandes hijos de Dios se trasladaron con paso mesurado y ocuparon sus asientos. El trabajo de construcción así comenzó.

Las puertas estaban cerradas. La luz brillaba tenue. Las paredes del templo no podían ser vistas. Los siete estaban silentes y sus formas estaban veladas. El tiempo no había llegado para la irrupción de luz. La Palabra no podía ser pronunciada. Sólo entre las siete Formas el trabajo continuó. Un silencioso llamado pasaba de una a otra. Sin embargo todavía la puerta del templo permanecía cerrada.

A medida que el tiempo trascurría, se escuchaban los sonidos de la vida. La puerta era abierta, y la puerta era cerrada. Cada vez que se abría, el poder dentro del templo aumentaba; cada vez la luz crecía con más fuerza, pues uno a uno los hijos de los hombres entraban al templo, pasaban de norte a sur, de oeste a este y en el centro del corazón hallaban luz, hallaban comprensión y el poder de trabajar. Entraban por la puerta; pasaban ante los Siete; levantaban el velo del templo y entraban en la vida.

El templo aumentaba en belleza. Sus líneas, sus paredes, sus decoraciones, y su altura y profundidad y anchura lentamente emergían y entraban en la luz.

Del este, la Palabra surgió: Abrid la puerta a todos los hijos de los hombres que vienen desde los oscurecidos valles de la tierra y buscan el templo del Señor. Dadles la luz. Descorred el velo del santuario interno, y mediante el trabajo de todos los artesanos del Señor extended las paredes del templo y así irradiad al mundo. Emitid la Palabra creadora y resucitad a los muertos.

Así el templo de la luz será llevado del cielo a la tierra. Así sus paredes serán erigidas sobre las grandes llanuras del mundo de los hombres. Así la luz revelará y nutrirá todos los sueños de los hombres.

Entonces el Maestro en el este despertará a quienes están dormidos. Entonces el guarda en el oeste probará y enjuiciará a todos los verdaderos buscadores en pos de la luz. Entonces el guardián en el sur instruirá y ayudará a los ciegos. Entonces la puerta al norte permanecerá abierta de par en par, pues allí el Maestro invisible está de pie con mano acogedora y corazón comprensivo, para conducir a los peregrinos hacia el este donde la verdadera luz fulgura.

‘¿Por qué esta apertura del templo?’, demandan los Siete mayores. ‘Porque el trabajo está listo; los artesanos están preparados. Dios ha creado en la luz. Sus hijos pueden ahora crear. ¿Qué más puede hacerse?’

‘¡Nada!’ vino la respuesta desde los Siete mayores. ‘Que el trabajo continúe. Que los hijos de Dios creen’.”

Estas palabras serán notadas por muchos como de profunda significación y como indicando una amplia intención (durante el ciclo venidero) de abrir completamente la puerta al templo del misterio oculto al hombre. Uno a uno experimentaremos la contraparte esotérica y espiritual del factor sicológico denominado “una prueba mental”. Esa prueba demostrará la utilidad de un hombre en trabajo y poder mental, mostrará su capacidad para construir formas-pensamiento y para vitalizarlas. De esto me ocupé en Un Tratado sobre Magia Blanca, y la relación de ese tratado con el trabajo mágico del séptimo rayo y su ciclo de actividad devendrá cada vez más evidente. Un Tratado sobre Magia Blanca es un intento de establecer las reglas para el entrenamiento y para el trabajo que harán posible, para el candidato a los misterios, entrar al templo y tomar su lugar como un trabajador creativo y así ayudar en el trabajo mágico del Señor del Templo.

… Espacio de Silencio…

El séptimo rayo preparará el camino para el reconocimiento de asuntos más amplios que se materializarán como la nueva religión mundial que acentuará la unidad pero excluirá la uniformidad; preparará para esa técnica científica que demostrará la luz universal que toda forma vela y oculta, y para ese internacionalismo que se expresará como hermandad práctica y como paz y buena voluntad entre los pueblos.

Extraído de: “Sicología Esotérica, Tomo I” y “Astrología Esotérica”. Alice Ann Bailey.