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Reseña:
TRES EVENTOS DE IMPORTANCIA MAYOR
Vivimos hoy en un período de la historia mundial donde tres eventos de importancia mayor están teniendo lugar, generalmente no conciencializados ni observados por la mayoría de la gente.
El séptimo Rayo de Ley y Orden está entrando en manifestación; estamos en tránsito a un nuevo signo del zodiaco, y la “venida de Cristo” es inminente. Estos tres grandes acontecimientos son la causa de gran parte de la agitación y caos actual; al mismo tiempo son responsables de la orientación universal hacia las realidades espirituales que todos los verdaderos trabajadores en este momento reconocen, y del aumento de comprensión, de los movimientos de beneficencia y de la tendencia a la cooperación, de la unidad religiosa y del internacionalismo. Tipos de energía que hasta el momento han estado latentes ahora están deviniendo potentes. La consiguiente reacción mundial es, en las etapas iniciales, material en su manifestación; en sus etapas finales, cualidades divinas se manifestarán y cambiarán la historia y la civilización. El interés demostrado hoy por los así llamados rayos cósmicos indica un reconocimiento científico de las nuevas energías entrantes de séptimo rayo. Estos rayos, fluyendo a través del centro sacro del cuerpo etérico planetario, tienen necesariamente un efecto sobre los centros sacros de la humanidad, y de allí que la vida sexual del género humano esté sobrestimulada temporariamente, y de allí también el actual énfasis excesivo en el sexo. Pero de allí también (y esto debe recordarse) el vivo ímpetu ahora siendo expresado mentalmente y que finalmente resultará en el pensamiento cabal del hombre hacia una solución de este problema de sexo.
La entrada de la era Acuariana también estimula en el hombre un espíritu de universalidad y una tendencia hacia la fusión. Esto puede ser visto elaborándose en la actual tendencia hacia la síntesis en los negocios, en la religión y en la política. Produce un impulso hacia la unión, y entre otras uniones, hacia comprensión y tolerancia religiosa. Pero estas influencias, aprovechando los cuerpos sensitivos de los no desarrollados y los demasiado síquicos, conducen a una malsana tendencia hacia uniones, legítimas e ilegítimas; producen una extrema aptitud para el acto sexual en muchas direcciones, y para relaciones y fusiones que no están en la línea deseada o la línea evolutiva, y que frecuentemente ultrajan hasta las mismísimas leyes de la naturaleza misma. Energía es una cosa impersonal y es dual en su efecto —el efecto variando según el tipo de sustancia sobre la cual actúe.
El séptimo rayo entrante expresa el poder de organizar, la capacidad de integrar y relacionar sintéticamente los grandes pares de opuestos, y así producir las nuevas formas de manifestación espiritual. Pero también producirá las nuevas formas de aquello que, desde el punto de vista del espíritu, puede que sea considerado como mal material. Es el gran impulso que traerá a la luz del día todo eso que ha de revestirse de materia, y así finalmente conducirá a la revelación del espíritu y de la gloria oculta, cuando eso que haya sido revelado de la forma material haya sido purificado y santificado. Esto era a lo que se refería Cristo cuando profetizaba que, al final de la era, las cosas ocultas serían puestas de manifiesto y secretos gritados desde los tejados.
Por medio de este proceso de revelación, dentro de la familia humana tanto como en otras partes en la naturaleza, tendremos el desarrollo del poder del pensamiento. Esto sucederá mediante el desarrollo de la facultad de discriminación, que ofrecerá alternativas al hombre, y de este modo desarrollará un más verdadero sentido de los valores. Estándares falsos y verdaderos emergerán a la conciencia del hombre, y se harán esas elecciones que sentarán las bases del nuevo orden, que inaugurarán la nueva raza, con sus nuevas leyes y novedosos acercamientos, y así marcarán el comienzo de la nueva religión de amor y hermandad y ese período en que el grupo y el bien-grupal serán la nota dominante. Entonces separación y odios se desvanecerán y los hombres estarán fusionados en una verdadera unidad.
El tercer factor en consideración, la venida del Cristo, como se la denomina, también debe ser notado. En todas partes encontramos el espíritu de expectativa y la demanda por una manifestación y un acontecimiento simbólico que denominamos con diversos nombres pero al que generalmente se hace referencia como el advenimiento de Cristo. Esto, como sabe, puede que sea un advenimiento físico propiamente dicho, como antes en Palestina, o puede que connote un definido sobreumbrar a Sus discípulos y amadores por parte del Gran Señor de Vida. Este sobreumbrar evocará una respuesta de todos quienes estén de alguna manera despiertos espiritualmente.
O además, el advenimiento puede que tome la forma de una tremenda afluencia del principio Cristo, la vida y el amor de Cristo, elaborándose a través de la familia humana. Tal vez estas tres posibilidades se encuentren simultáneamente en nuestro planeta dentro de muy poco. No nos corresponde decirlo. Nos corresponde estar listos, y nos corresponde trabajar en la preparación del mundo para esa significativa serie de eventos. El futuro inmediato mostrará. Sin embargo, lo importante que procuro decir es que esta afluencia del espíritu de amor de Cristo (sea que venga a través de una Persona en forma corpórea o a través de Su Presencia sentida y conciencializada) de nuevo será doble en su efecto.
Esto es una palabra dura para los irreflexivos y los ilógicos. Tanto el hombre bueno como el malo serán estimulados, y se despertará y fomentará tanto el deseo material como la aspiración espiritual. Hechos prueban la verdad del dicho de que un jardín fertilizado en exceso y una parcela cuidada y regada con esmero producirán su cosecha de malezas además de flores. Sin embargo, en este hecho usted tiene dos reacciones al mismo sol, la misma agua, el mismo agente fertilizador y el mismo cuidado. La diferencia existe en las semillas que se encuentran en el terreno sobre el cual estos factores actúan. La afluencia de amor por lo tanto estimulará amor terrenal, deseo terrenal y lujuria animal; fomentará el impulso de poseer en el sentido material, con todo el mal consecuente a esta actitud, y el resultante aumento de reacciones sexuales y las muchas expresiones de un mecanismo mal regulado respondiendo a una fuerza impersonal. Pero también producirá el aumento de amor fraternal y fomentará el desarrollo y la expresión de conciencia grupal, de comprensión universal; producirá una nueva y poderosa tendencia a la fusión, al aunamiento y a la síntesis. Todo esto será ocasionado por medio de la humanidad y del espíritu de Cristo.
Constantemente el amor de Cristo se derramará al exterior en la tierra, y su influencia se volverá más fuerte durante los siglos venideros, hasta que al finalizar la era Acuariana, y mediante el trabajo del séptimo rayo (poniendo los pares de opuestos en más estrecha cooperación), podemos esperar la “resurrección de Lázaro de entre los muertos” y el surgimiento de la humanidad fuera de la tumba de la materia. La divinidad oculta será revelada. Constantemente todas las formas serán puestas bajo la influencia del espíritu de Cristo, y se ocasionará la consumación de amor.
Extraído de: “Sicología Esotérica, Tomo I”. Alice Ann Bailey
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Producido por: Reflexión sobre los Libros Azules
Fecha de publicación: 24-02-2023