Enfermedades de Preocupación e Irritación

La tercera categoría de dolencias que surgen en el cuerpo emocional o astral está sintetizada esotéricamente bajo el término: enfermedades de irritación. Estas son los insidiosos venenos que acechan detrás de los fenómenos de enfermedad.

Podría decirse que todas las enfermedades pueden ser abarcadas por dos definiciones, desde el punto de vista del ocultismo:

1. Enfermedades que son el resultado de autointoxicación. Estas son las más generales.
2. Enfermedades que son el resultado de la irritación. Estas son muy comunes entre los discípulos.

Hoy escuchamos mucho acerca de auto-intoxicación, y se hacen muchos esfuerzos para curar esto mediante dieta y la regulación de la vida en términos de vivir rítmico. Todo esto es bueno y de ayuda, pero no constituye una cura básica, como sus protagonistas nos llevarían a creer.

Irritación es una dolencia sicológica básica y tiene sus raíces en la intensificación del cuerpo astral, que indudablemente produce efectos anormales en el sistema nervioso. Es una enfermedad de auto-interés, de auto-suficiencia y de auto-complacencia. Aquí nuevamente les diría que reflexionen sobre estos términos, porque estos tres aspectos de irritación son de descubrimiento general. Por lo tanto nos ocuparemos de irritación, “imperil”, como lo denominan los exponentes del primer rayo, tal como el Maestro M.

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Hasta que el hecho de los cuerpos más sutiles no sea debidamente reconocido por los pensadores del mundo, y su existencia sea establecida mediante una correcta y verdadera ciencia de la sicología y el desarrollo de la facultad de clarividencia, el rastreo de las causas de la enfermedad hasta los cuerpos más sutiles, relativamente no tiene sentido. La mejor reacción que el médico de mente más abierta puede (digo puede, y no debe) producir o admitir, es que la actitud sicológica, el estado mental y la condición emocional del paciente o bien ayudan o entorpecen. Muchos ya están admitiendo eso. Eso en sí es mucho.

Por lo tanto, cuando digo que el cáncer, por ejemplo, tiene sus raíces en una condición astral y que comenzó su carrera en tiempos atlantes, poco significa hoy para el hombre término medio. No comprende que un gran número de personas hoy es atlante en conciencia.

Quisiera tratar brevemente la más común de todas las causas de problemas: Preocupación e Irritación. Hoy predominan más que nunca y por las siguientes razones:

1. La situación mundial es tal, y los problemas y la incertidumbre son tales, que casi ninguna persona en el mundo está exenta en este momento. Cada uno está más o menos involucrado en la situación planetaria.

2. La intercomunicación entre la gente ha aumentado tanto, y tanto viven los hombres en grupos colectivos —grandes o pequeños— que inevitablemente se producen un efecto mutuo como nunca antes. “Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él” es una enunciación de la verdad, antigua pero nueva en aplicación, y hoy reconocida por primera vez.

3. La aumentada sensibilidad del mecanismo humano también es tal, que los hombres “sintonizan” recíprocamente sus condiciones emocionales y actitudes mentales de manera nueva y más potente. A sus propias absorbentes incumbencias y preocupaciones se agregan las de sus semejantes con quienes puedan estar en rapport.

4. Telepáticamente, y también con un desarrollado sentido de previsión, hoy los hombres están sumando las dificultades que pertenecen a alguien más, o a algún otro grupo de pensadores y de gente, a las dificultades que pueden ser. No es seguro que serán.

Estos problemas les demostrarán cuán intensamente difícil es para los hombres encarar la vida. Será obvio que los problemas de preocupación e irritación (llamados por el Maestro Morya “peligrosidad”) son muchos y deben ser considerados.

¿Por qué estas dificultades del cuerpo astral son tan “peligrosas” y tan serias? Preocupación e Irritación son peligrosas porque:

1. Reducen la vitalidad del hombre a tal punto que se vuelve propenso a la enfermedad. El azote de la influenza tiene sus raíces en el temor y la preocupación, y una vez que el mundo se ponga a liberarse de la “temible” condición actual, veremos desaparecer la enfermedad.

2. Son tan altamente infecciosas desde el punto de vista astral que disminuyen de manera peculiar la atmósfera astral, haciendo difícil para la gente —en el sentido astral— respirar libremente.

3. Las condiciones astrales de temor, preocupación e irritación hoy están tan difundidas que podrían ser consideradas como epidémicas, en sentido planetario.

4. La irritación (aquí no hablo de la preocupación) tiene efectos inflamatorios —y la inflamación es difícil de soportar— y conduce a mucha dificultad. Es interesante observar que ciertas formas de problemas oculares son causadas por esto.

5. La preocupación y la irritación impiden la verdadera visión. Excluyen la vista. El hombre que es la víctima de estas condiciones nada ve sino la causa de sus dolencias y está tan sumergido por autocompasión y autoconsideración, o en una condición negativa enfocada, que su visión es restringida y su grupo obstaculizado. Recuerden que hay egoísmo grupal así como egoísmo individual.

He citado suficientes razones de los efectos de Preocupación e Irritación para demostrarles la amplitud de la dificultad. En este momento no sirve de mucho hablar del remedio. Al paciente de gripe (cuando soporta la mayor virulencia de la enfermedad) uno no le dice “No es nada. Despreocúpese. Levántese y atienda sus cosas”. De nada sirve decir hoy a los hombres “No teman. Dejen de preocuparse. Todo estará bien”. No les creerán, por una cosa —y afortunadamente, porque no es verdad. Las cosas no están bien y la humanidad y la vida planetaria no están bien. Esto la Jerarquía lo sabe, y está trabajando para mejorar las condiciones. Cuando lo peor de la “gripe planetaria” termina (y el paciente no morirá), entonces puede hacerse una investigación y producirse el esfuerzo que puede evitar una recurrencia. En la actualidad, todo lo que puede hacerse es mantener al paciente  en calma y también mantener la fiebre baja. Este es el trabajo del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo y de los hombres inteligentes de buena voluntad. Son legión.

Extraído de: Un Tratado sobre los Siete Rayos – Tomo IV “Curación Esotérica”, Alice A. Bailey.