La tendencia espiritual del destino humano

Lo primero, por lo tanto, que quisiera recordarles es que La Jerarquía permanece. Detrás de todo lo que hoy está sucediendo, el mismo grupo de Fuerzas espirituales y los mismos Hermanos Mayores y Maestros se encuentran como hasta ahora, guiando a la humanidad por el sendero de vida y llevándonos segura y satisfactoriamente a nuestro actual punto de desarrollo.

Lo segundo que quisiera que todos ustedes recuerden es que el género humano ha marchado constantemente adelante desde un estado de ciega ignorancia e inconsciencia, a uno de preocupación inteligente por la vida y un creciente sentido de responsabilidad. Este sentido de responsabilidad, que está despertando en todos ustedes, es —en su actual gran escala— relativamente nuevo, y es uno de los factores definitivamente aumentando la aflicción y el dolor que todos ustedes están sintiendo. Se preguntan, ¿dónde, como raza, hemos fallado y qué podemos hacer para rectificar nuestros errores? A pesar de todo, sin embargo, los hombres han ido de una etapa a otra de desenvolvimiento inteligente y espiritual, y no importa lo que los sucesos externos hayan sido o puedan ser, la raza ha hecho real progreso. No ha habido retroceso alguno y no lo habrá. El género humano ha capeado muchos temporales y sobrevivido a muchas dificultades; los hombres han surgido de períodos de crisis mejores y más fuertes, purificados “así como por el fuego”, y definitivamente más cerca de la meta.

Les recordaría también la integridad y solidaridad de la familia humana. Somos un solo pueblo —uno en nuestras relaciones, capacidades y deseos, nuestro origen y nuestra meta. Esta integridad esencial y reconocible es la que está surgiendo en este momento poderosamente en la conciencia humana. Ustedes tienden a pensar que esto pueda no ser así, que vuestra posición al creer esto es un tanto única y que permanecen un tanto solos. Pero este es vuestro error y no se ajusta a los hechos del caso. En cada país y entre pueblos que difieren ampliamente existe el mismo deseo de comprensión, de establecer relaciones rectas y pacíficas y de expresar esa buena voluntad básica que es una de las características humanas más profundas y nuestra herencia divina.

Estas son las cosas que, me parece, son importantes en este momento y que todos nosotros haríamos bien en recordar. ¿Tratarán de hacerlo? No importa lo que pueda tener lugar en el mundo —sea guerra o paz, lucha y agresión o comprensiva conciliación y conferencia— enfrentamos un difícil período de ajuste, y para esto debemos estar preparados. Los próximos tres años son críticos, y esto se nos ha dicho a menudo.

Mucho dependerá de lo que ustedes y todos los hombres de buena voluntad y los discípulos piensen, y lo que hagan. Quisiera recordarles otra cosa muy alentadora, y es que el poder ejercido por quienes están procurando vivir como almas y están en contacto con el alma y el mundo de realidades espirituales, está fuera de toda proporción con respecto a su sentido de poder y utilidad registrado. Cuando se esfuerzan por ejercer fuerza espiritual, constructiva y altruistamente, ustedes son mucho más potentes de lo que conciencializan. Si a esta conciencialización añaden el reconocimiento de que no están solos en esto, sino que personas con una visión similar a la de ustedes y con los mismos ideales y aspiración espiritual se encuentran en todo país sin excepción de ninguna clase, en toda religión, grupo y organización, entonces ciertamente pueden avanzar con valor y con esperanzada fe. Si esta es una declaración de un hecho (y creo que lo es), entonces avancemos al unísono con nuestros hermanos en todas partes, conscientes de la oportunidad, de la fortaleza, de la responsabilidad y de la alegría del servicio.

Respecto a algunas de las cosas que pueden hacer, sugeriría lo siguiente. No permitan ser arrastrados por ninguna sicosis de temor, ni precipitados a ninguna actitud a través de la cual la ansiedad, la intranquilidad y la aflicción en el mundo puedan abrumarlos. Esfuércense por permanecer en el ser espiritual. Cada mañana, en vuestra meditación, procuren asumir esa actitud con una nueva y fresca definitud y mantenerla durante las horas de servicio que están por delante cada día. Esto no será cosa fácil de hacer, pero puede hacerse si ustedes pueden aquietarse lo suficiente durante cinco minutos cada mañana —completa e interiormente quietos— y si llenan sus días con ocupación vital y verdadero servicio, vigilando con cuidado todo pensamiento y habla.

… que cada uno de ustedes obtenga ese control del habla, que ha sido a menudo vuestra meta pero rara vez vuestro logro, y recuerden que el factor más poderoso en el control del habla es un corazón amoroso. Charla desordenada y medrosa, chisme lleno de odio, indirecta cruel, sospecha, atribuir motivos erróneos y malvados a personas y pueblos y las divergencias de actitud que han separado a las muchas naciones diferentes en el mundo, hoy prevalecen y han llevado al mundo a su actual situación angustiosa. Es tan fácil dejarse llevar por las mismas costumbres de habla y pensamiento que encontramos a nuestro alrededor y descubrirnos participando en el ataque y el espíritu de odio. Cuídense enérgicamente de esto y nada digan que pueda encender odio y sospecha en conexión con cualquier raza, cualquier persona, cualquier grupo o cualesquiera líderes de grupos y naciones. Tendrán que cuidarse con atención, de manera que aun en defensa de eso que personal o nacionalmente puedan aprobar, no se encuentren ustedes mismos llenos de odio y quebrantando la ley de amor —la única ley que puede verdaderamente salvar al mundo. Quizás la clave para vuestro éxito en esta línea será el silencio de un corazón amoroso.

Será bueno además cultivar la alegría que trae fortaleza. Este no es momento para pesimismo, desesperación o depresión. Si ceden a estos, ustedes se vuelven negativos y puntos focales destructivos en vuestro medio ambiente. Si verdaderamente creen que la vida espiritual es fundamental hoy en el mundo, si de verdad creen que la divinidad guía al mundo, si verdaderamente captan el hecho de que todos los hombres son vuestros hermanos y que todos nosotros somos los hijos del Único Padre, y si están convencidos de que el corazón de la humanidad es sano —¿no son estas ideas adecuadamente potentes para mantenernos gozosamente firmes en medio de un mundo cambiante?

La Exteriorización de la Jerarquía