LGI 2 – Estanza 2 Parte III

La Gran Invocación

Estanza Dos

Septiembre de 1940

Debido a la demora en comprender correctamente y a la lentitud de muchos para apreciar la verdadera situación, Quienes guían a la raza y trabajan en el aspecto espiritual de la vida, poco pudieron hacer hasta la fecha excepto fortalecer espiritualmente las manos de los trabajadores con las Fuerzas de la Luz. La fe de muchos ha mantenido la puerta entreabierta, pero incluso estos olvidaron con frecuencia que “fe sin obras está muerta”. Sólo cuando la fe encuentra expresión activa en el plano físico en recta cooperación y sacrificio (aun hasta la muerte), la puerta puede ser forzada a abrirse de par en par y la intervención divina se vuelve posible. Sólo cuando la visión y el sueño de paz —que engaña a tantas personas bien intencionadas— ceda a la determinación de usar todos los medios posibles para lograr esa paz en formas [i257] prácticas en el plano físico, las fuerzas espirituales internas podrán operar también más activamente en la tierra.

Curiosamente, son a menudo obstaculizadas en la actualidad por los idealistas, que aman a sus ideales más que a la humanidad y se aferran a sus interpretaciones especiales de lo que ellos creen que el Cristo significó, excluyendo al mismo tiempo ese verdadero amor que caracterizó cada uno de Sus actos y que los impulsaría a servir activa y altruistamente a las Fuerzas de la Luz. Nada hacen para poner fin al conflicto porque les preocupan sus propios sueños, ideales e interpretaciones; cuando puedan dejarlos ir debido al amor por la humanidad, entonces llegará la nueva [e216] visión y el mundo será salvado; las Fuerzas de la Luz hallarán expresión potente y las fuerzas de la agresión caerán derrotadas.

Breve Intervalo de Silencio

Por lo tanto, dada la final fusión de la visión y la actividad en el plano físico (la mayor necesidad en este momento), ¿qué forma puede adoptar la esperada intervención divina? No profetizo. Todo lo que trato de demostrar es que el bloqueo o la obstaculización hoy se halla en el lado de la humanidad; no reside en el lado de las fuerzas de la luz, la vida y el amor; no se halla en el lado de Cristo y Sus discípulos ni de los Maestros de Sabiduría, pues Ellos (bajo diversos nombres) constituyen la Jerarquía espiritual del planeta. Llámenlos como quieran, la creencia más preciada de la humanidad es que existe en el mundo siempre y para siempre una Realidad oculta. Aquellos que han conquistado la muerte, Quienes poseen poderes ilimitados para ayudar, y a Quienes puede llegarse por la plegaria y la invocación.

La potencia y el dominio de cosas materiales y el hecho del enfoque total en el plano físico, es lo que ha dado hasta ahora tanto éxito a las fuerzas de la agresión. Estas fuerzas, por su potencia misma, fusionaron y combinaron un grupo de siete hombres que en sí mismos personifican grandes y específicos aspectos de las fuerzas materiales (conectadas con los siete tipos de energía en sus expresiones más inferiores y más materiales) y sus manifestaciones —guerra, temor y crueldad. Los une un solo punto [i258] de vista y una sola meta, y de ahí su éxito. (Es interesante que, de nuevo en su caso, aparece inevitablemente un siete iniciático —el vulgar y oscuro paralelo de los Siete iniciadores que conducen a los seres humanos a la luz y que están simbolizados en los siete Masones que constituyen una Logia de Masones). Son los custodios de fuerzas que los controlan y sobre las cuales ellos mismos no tienen el más mínimo control. Preguntan quiénes son estos siete: Hitler, von Ribbentrop, Goebbels, Goering, Hess, Himmler y Streicher —nombres bien conocidos por todos ustedes. Estos hombres encarnan y personifican las fuerzas de la agresión y gobiernan por el temor no sólo a las naciones esclavizadas sino también a sus pocos aliados que de ninguna manera están en la misma categoría de poder —afortunadamente para ellos.

Cuando los que están del lado de las Fuerzas de la Luz y de la no agresión puedan ver su meta con igual claridad y estén igual y uniformemente unidos con el objetivo de dar fin a la opresión y a la esclavitud y liberar a la humanidad, entonces veremos también una personificación de la fuerza espiritual que traerá el desastre para estos siete poderosos. Tal unificación de objetivo y de propósito es posible y necesaria; y cuando tenga lugar, la fuerza generada y el poder liberado en el [e217] plano físico serán de naturaleza tan estupenda que la liberación humana se producirá rápidamente.

Breve Intervalo de Silencio

Para esto he trabajado y para esto he tratado de despertarlos a todos ustedes. Este espíritu está creciendo entre las fuerzas aliadas, aunque la caída de Francia fue inevitable. Francia estaba animada por propósitos un tanto egoístas —la prevención y seguridad de Francia más que la integridad y la felicidad de la humanidad, y esto condujo a un colapso inevitable; sin embargo Francia está aprendiendo, y su pueblo inquebrantable y su núcleo espiritual serán la salvación para esa nación deshecha.

Las potencias neutrales siguen siendo egoístas (aunque tratan de ocultarlo mediante la filantropía), pero están despertando rápidamente a las verdaderas cuestiones, y cuando haya una síntesis real de meta y de propósito y una verdadera unificación de la visión en el plano mental, de deseo fijo e inalterable en el plano emocional, y una dedicación al esfuerzo práctico [i259] en el plano físico, entonces habrá esperanza de que aparezca la personificación de “el deseo de todas las naciones”.

Esa personificación es un modo en que puede tener lugar la intervención divina. El Príncipe de Paz conducirá a Su pueblo —a través de la guerra— a la paz.

Aquellos que piensan sólo en términos de paz como ellos la comprenden y desean, son propensos a olvidar la implicación bíblica de que el Príncipe de Paz toma parte definida en la batalla de Armagedón (ahora en pleno desarrollo). Después de alcanzar la victoria, Él entonces conducirá a Sus cohortes triunfantes a través de las puertas a “Jerusalén”, la ciudad de la paz. La significación simbólica y práctica de lo antedicho se está volviendo cada vez más evidente.

Este notable evento puede tener lugar y lo tendrá cuando el libre albedrío del pueblo, mezclado por invocación y plegaria, pueda hacerlo posible.

La Exteriorización de la Jerarquía