LGI 3 – Estanza 3 Parte III

La Gran Invocación

Estanza Tres

Parte III

Cada una de las cuatro estanzas [de la Gran Invocación] hace referencia a uno u otro de los tres aspectos de energía divina, además de una referencia a la humanidad misma en la cual los tres concurren, son potencialidad en latencia, y finalmente se convierten en el pleno florecer de la divinidad, con las tres líneas perfectamente expresadas.

En las primeras tres líneas tienen la referencia a la Mente de Dios como un punto focal para la luz divina. Esto se refiere al alma de todas las cosas. El término “alma”, con su principal atributo de esclarecimiento, incluye el ánima mundi, el alma animal, el alma humana, y ese punto consumante de luz que consideramos como el alma “sobreumbrante” de la humanidad. Es un aspecto de la manifestación divina al cual ese gran Hijo de Dios se refiere cuando (como Shri Krishna) observa: “Habiendo compenetrado este entero universo con un fragmento de Mí Mismo, Yo permanezco”. Ese fragmento es el alma de todas las cosas. Esa alma trae luz y difunde esclarecimiento.

En las segundas tres líneas el corazón de Dios es evocado y el punto focal de amor es considerado. Este “corazón” del mundo manifestado es la Jerarquía —ese gran agente trasmisor de amor hacia toda forma en la manifestación divina. No es necesario que me extienda sobre la esencialmente “amorosa naturaleza” de la Jerarquía; demasiado se ha escrito acerca de ello; demasiado poco comprendido; demasiado se ha hablado acerca del amor y no se ha conciencializado lo suficiente en cuanto a la tarea confrontando a la Jerarquía [i159] a medida que trasmite amor. Amor es una energía que debe llegar a los corazones de los hombres y que debe fecundar a la humanidad con la dualidad de amorosa-comprensión —eso es lo que es expresado cuando amor e inteligencia son unidos.

[e146]

En las terceras tres líneas encontramos referencia a Shamballa —“el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida”— el centro de donde la Jerarquía extrae su vida, a medida que extrae su impulso hacia el servicio desde la humanidad. Bien saben que en estas líneas hay indicio de que la humanidad misma no puede aún captar el propósito de Sanat Kumara. Sólo Miembros avanzados de la Jerarquía e iniciados por lo menos del tercer grado (el primer grado de la Logia en Sirio) tienen alguna idea con relación a la naturaleza del propósito que subyace al Plan. Reflexionen sobre ese fraseo.

Habiendo invocado los tres aspectos o potencias de Mente, Amor y Voluntad, en las cuartas tres líneas tenemos indicio del anclaje de todos estos poderes en la humanidad misma, en “el centro que llamamos la raza de los hombres”. Aquí y solo aquí reside la promesa del futuro y su esperanza y oportunidad. Aquí y solo aquí pueden todas las cualidades divinas —en tiempo y espacio—  expresarse y encontrar cumplimiento: aquí y solo aquí puede el amor nacer verdaderamente, la inteligencia funcionar correctamente y la Voluntad de Dios demostrar su buena voluntad efectiva. A través de la humanidad, sola y sin ayuda (excepto por el Espíritu divino en todo ser humano), puede la “puerta donde se halla el mal ser sellada”. No es Sanat Kumara quien sella esa puerta; no es la Jerarquía que obliga al mal a retroceder al lugar de donde viene. Es la humanidad que lucha, aspira y sufre, a quien se le confía la tarea y, hermano mío, la humanidad es adecuada para la tarea.

Esta declaración siempre es tenida en mente por Aquellos más potentes en el uso de la Invocación; sirve para enfocar y anclar las energías invocadas en el reino humano. Esa es Su tarea. De ahí en adelante, la humanidad se hace cargo de la empresa.

Esta Invocación es también única en el sentido de que invoca los tres aspectos divinos. Es sintética en su acercamiento. Es la primera vez en la historia humana que esto ha sido hecho. Hasta ahora el desarrollo del género humano no justificaba semejante declaración.

[i160]

En tiempos lemurianos, el tercer aspecto divino, el de Inteligencia, fue invocado por el llamamiento masivo del hombre-animal instintivo; poco sabía qué es lo que ese llamamiento casi incoado invocaría. Luz apareció en la Tierra, y verdadero esclarecimiento progresivo devino posible. Aquí no estoy refiriéndome a luz física, sino a la luz del intelecto.

En días atlantes, como resultado de la lucha entre los Señores de la Luz o de la Faz Resplandeciente y los Señores de la Faz Oscura (como se los denomina en las antiguas Escrituras y en La Doctrina Secreta), ocurrió otra “era de invocación” y el segundo aspecto divino [e147] de Amor devino un desenvolvimiento posible, aunque todavía sólo una cualidad embrionaria del género humano. El llamamiento masivo fue entonces más inteligentemente voceado, aunque el llamamiento instintivo todavía persistía. No era inteligencia, sin embargo, como nosotros comprendemos el término.

En nuestro ciclo ario está surgiendo otro gran grito invocador. Es esta vez un grito triple. Es el grito por luz sobre nuestro camino y por luz que fluya a los lugares oscuros de la Tierra; es también un grito por más amor en el mundo, como lo vocean los hombres de buena voluntad y de actitudes humanitarias: es, finalmente, el llamamiento intuitivo de los aspirantes y los discípulos del mundo por la plena expresión en tiempo y espacio de la voluntad-al-bien —la Voluntad de Dios. La humanidad instintiva término medio, los hombres y mujeres de buena voluntad y los discípulos del mundo, todos están implicados en esta invocación, introduciendo los atributos de instinto, inteligencia e intuición. Los tres son mezclados en esta gran Invocación. Tengan además constantemente en mente esta fusión básica, ahora encontrando expresión voceada, y ármense de valor por el acercamiento en masa a la Fuente de toda Vida, Amor y Luz. Nada puede resistir la unida demanda de los hombres en todas partes en sus graduadas y sus apretadas filas.

Esta entera Invocación se refiere esotéricamente al “nimbo de cosas conocibles” al que se refiere Patanjali. Ese inminente, sobreumbrante y revelador depósito de energía es la causa inmediata de todos los eventos en la Tierra, y lo que indica el surgimiento de eso que es nuevo y mejor y progresivamente correcto. Los eventos y acontecimientos así precipitados demuestran el avance en [i161] mayor luz de la conciencia humana. Estas “cosas conocibles” son las fuentes de toda revelación y de todas las conciencializaciones humanas —culturales y conducentes a lo que llamamos civilización. Su “condensación” (si puedo usar semejante palabra) es ocasionada por el llamamiento invocador masivo de la entera familia humana en cualquier período. Este llamamiento ha sido, en general, proyectado inconscientemente, pero cada vez más será conscientemente voceado. Los resultados, por lo tanto, pueden ser esperados más rápidamente y resultar más efectivos. Este nimbo está formado por la acción conjunta del Sol Central Espiritual, obrando a través de Shamballa, y la humanidad misma, obrando hasta ahora a través del llamamiento a la Jerarquía, pero haciendo cada vez más su propio llamamiento directo.

Discipulado en la Nueva Era II