Pensamientos para meditar

[SE I] La gran forma de pensamiento que la codicia y la materialidad del hombre han cons-truido, a lo largo de las épocas, está siendo constantemente demolida, y el género humano está al borde de una liberación que lo llevará al Sendero del Discipulado. Aquí no me refie-ro a la liberación final, sino a esa liberación que proviene de una libre elección, sabiamente usada y aplicada al bien del todo, y condicionada por el amor. Note que digo “sabiamente usada”. Sabiduría, activada y motivada por el amor, e inteligentemente aplicada a los pro-blemas mundiales, es muy necesaria hoy día y aún no se encuentra, excepto entre las po-cas almas iluminadas en toda nación —en toda nación, digo, sin excepción. Muchos más deben amar con sabiduría y apreciar la aspiración grupal antes de que veamos la próxima realidad a ser conocida y a emerger de las tinieblas que estamos ahora en proceso de des-vanecer.
[PENSAMIENTO SIMIENTE AÑO ESPIRITUAL ARIES 2021-PISCIS 2022] Que la energía ilumina-dora de razón pura produzca completa liberación del glamur y revele el amor de relación divina.
[EJ] Tres cosas pondrán fin a esta condición de gran lujo y extrema pobreza, de burda so-brealimentación de los pocos y la inanición de los muchos, además de la centralización de los productos del mundo bajo el control de un puñado de personas en cada país. Estas son: primero, el reconocimiento de que hay suficiente alimento, combustible, petróleo y mine-rales en el mundo para satisfacer la necesidad de la población entera. Por lo tanto, el pro-blema es básicamente de distribución. En segundo lugar, esta premisa de adecuada provi-sión manejada a través de correcta distribución debe ser aceptada, y las provisiones que son esenciales para la salud, seguridad y felicidad del género humano deben estar disponi-bles. Tercero, que el entero problema económico y la institución de las necesarias reglas y agencias distribuidoras, debería ser manejado por una liga económica de naciones. En esta liga, todas las naciones tendrán su lugar; conocerán sus requisitos nacionales (basados en población y recursos internos, etc.) y conocerán también lo que puedan aportar a la familia de naciones; todas estarán animadas por la voluntad al bien general —una voluntad-al-bien [e167] que probablemente al principio estará basada en conveniencia y necesidad nacional pero que será constructiva en su obrar.
Ciertos hechos son obvios. El viejo orden ha fallado. Los recursos del mundo han caído en manos de los egoístas y no hubo justa distribución. Algunas naciones han tenido demasia-do y han explotado sus excedentes; otras naciones han tenido muy poco, y su vida nacional y su situación financiera han sido perjudicadas por ello. Al final de esta guerra todas las naciones estarán en dificultades financieras. Todas las naciones requerirán re-construcción; todas tendrán que atender activamente al acuerdo de la futura vida económica del planeta y su ajuste sobre líneas más sanas.
La nueva era de simplicidad debe llegar. El nuevo orden mundial inaugurará esta vida más simple basada en alimento adecuado, pensamiento correcto, actividad creativa y felicidad. Estos elementos esenciales son posibles sólo bajo una correcta [e168] norma económica. Esta simplificación y esta sabia distribución de los recursos del mundo deben abrazar lo alto y lo bajo, al rico y al pobre, sirviendo así a todos los hombres por igual. [i197-198] [PH Octubre 1944 – Revisado Febrero 1946] “La clave del problema de la humanidad (enfo-cándose como lo ha hecho en las dificultades económicas de los últimos doscientos años y en el impasse teológico de las iglesias ortodoxas) ha sido tomar y no dar, aceptar y no compartir, agarrar y no distribuir. Esto implicó el quebrantamiento de una ley que ha colo-cado a la humanidad en una posición de culpa positiva. Las impresiones desde la Jerarquía han sido recibidas, distorsionadas, mal aplicadas y malinterpretadas, y la tarea del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo es contrarrestar este mal.”
[La Biblia – Evangelio según San Mateo 4:2-4] “Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre, y vino a él el tentador y le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios di que estas piedras se conviertan en pan’. Él respondió y dijo: ‘Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’.”
[BC] Cristo hizo frente a esta tentación de usar Sus poderes divinos con fines egoístas me-diante la tranquila reiteración de Su divinidad —una divinidad basada en [e128] la universa-lidad de la Palabra…
Hoy el Aspirante Mundial, la humanidad, enfrenta esta tentación. Su problema es econó-mico. Concierne básica y definitivamente al pan, así como, simbólicamente hablando, el problema de Cristo era el problema del alimento. El mundo enfrenta [i212] una cuestión material. Es verdad que no se puede evadir esta cuestión, y que los hombres deben ser alimentados es igualmente cierto. ¿Sobre qué bases se solucionará el problema? ¿Será uno juzgado demasiado idealista y como un místico y visionario poco práctico, si uno recurre, como hizo Cristo, a los fundamentos de vida y adopta la posición de que cuando el hombre esté re-ajustado y re-orientado como un ser espiritual, su problema automáticamente se resolverá por sí mismo? Uno seguramente será juzgado así. Si uno siente, como tantos lo hacen hoy, que la solución del problema radica en una re-valoración de la vida y una re-educación en los principios subyacentes del vivir, ¿está uno enteramente extraviado y para ser juzgado un tonto? Muchos nos juzgarán así. Pero la solución del problema del hombre exclusivamente en términos de sus necesidades físicas, puede que solamente logre hun-dirlo más profundamente en una ciénaga material. Suplir sus demandas enteramente des-de el ángulo de pan y manteca puede ser muy necesario. Lo es. Pero debería acompañarlo algo que satisfará la necesidad de todo el hombre, y no simplemente la de su cuerpo y sus deseos. Hay cosas que importan esencialmente al hombre, que son de mayor momento y valor que las cosas que conciernen a la forma, aunque él mismo no se dé cuenta de ello. Cristo dedicó poco tiempo a alimentar a la multitud. Dedicó mucho tiempo a enseñarles las reglas del reino de Dios. Se puede confiar en que los hombres toman lo que quieren. Esto lo hacen hoy en todas partes. Pero las cosas que verdaderamente importan deben al [i213] mismo tiempo ser enfatizadas y enseñadas, o el fin será desastroso. Cuando hayamos lim-piado de abusos la casa humana, como los revolucionarios en cada país y tierra afirman es-tar haciendo, a menos que como resultado esa casa sea bella y a menos que sus moradores tengan ideas basadas en las esencialidades divinas, el último estado será peor que el pri-mero. De acuerdo a la parábola de Cristo, siete demonios pueden entrar en la casa. A me-nos que Dios more en la casa, cuando esté limpia, y a menos que nuestras [e129] re-valoraciones y ajustes nacionales conduzcan a ese ocio y esa paz de la mente donde el al-ma del hombre pueda llegar a florecer, nos dirigiremos hacia desastres aún peores.
“No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Buda ilumina con inteligencia el corazón de los hombres…
Cristo ilumina con amor la mente de los hombres…

[Bibliografía: Sicología Esotérica I, La Exteriorización de la Jerarquía, Los Problemas de la Humanidad, De Belén al Calvario (de los libros de Alice A. Bailey por Fundación Lucis)] y La Biblia.