0%

Tercera Regla para Curadores

Programa: Reflexión sobre los Libros Azules


Lista de tracks:


Tercera Regla para Curadores

Sumar a la lista de reproducción

Reseña:


 

Regla Tres

 

Que el curador se entrene a sí mismo para conocer la etapa interna de pensamiento o de deseo de aquel que busca su ayuda. Así puede conocer la fuente de la cual proviene la molestia. Que relacione la causa y el efecto, y conozca el exacto punto a través del cual debe llegar el alivio.

 

Quisiera llamarles la atención sobre estas últimas pocas palabras, y les pondría de relieve el hecho de que la enfermedad es principalmente un esfuerzo de parte del cuerpo físico natural por procurar alivio y obtener liberación de las presiones internas, de inhibiciones subjetivas y retenciones escondidas. Ante todo, desde el punto de vista del esoterismo, toda enfermedad física es el resultado de:

 

  1. Erróneo estímulo, o sobrestímulo, o estímulo erróneamente localizado, y de tensiones internas en alguna parte del mecanismo.
  2. Inhibiciones, inanición síquica, y esas fuerzas subjetivas acumuladas que detienen la afluencia de las fuerzas de vida.

 

Verán por lo tanto que de nuevo (en el campo de la salud) todos los problemas se resuelven a sí mismos mediante el adecuado empleo y el correcto manejo de la fuerza, a fin de efectuar la libre afluencia de energía.

* * *

 

Surgen inevitablemente las siguientes preguntas: ¿De dónde vienen esas taras heredadas? ¿Es posible llegar hasta su fuente? El problema del pasado, y los presentes efectos de ese pasado, es demasiado vasto para considerarlo, ni tampoco afirmación alguna respecto a la situación posiblemente pueda ayudar a la humanidad. Sin embargo puedo hacer una generalización, y aun eso quizás pueda trasmitir poco a vuestra comprensión.

 

De las tres principales enfermedades heredadas del pasado, podría decirse que las sifilíticas, o denominadas enfermedades de trasmisión sexual, son remanentes de los excesos consentidos en tiempos lemurianos; son de tan antiguo origen que hasta el suelo mismo está impregnado de los gérmenes de estas enfermedades —hecho totalmente desconocido para la ciencia moderna. En el trascurso de las épocas los hombres han sufrido de estos grupos de infecciones; millones han muerto y fueron enterrados, contribuyendo con su cuota de infección a la tierra. En tiempos lemurianos, el énfasis de la fuerza de vida estuvo sobre el cuerpo físico, sobre su desarrollo, su uso y control, y también sobre su perpetuación o reproducción. En ese entonces comenzaron las dificultades relacionadas con el abuso de la vida sexual; esto fue, en un sentido característico, el mal esencial original, y concerniente a este hecho hay antiguas leyendas e insinuaciones en todos los registros y escritos más primitivos. Existe mucho testimonio malinterpretado al efecto, y cuando los hombres puedan leer los registros más correctamente y con justa interpretación, comprenderán el camino de salida, porque verán con más claridad las causas subyacentes.

 

* * *

 

El cáncer es un legado de la humanidad atlante al hombre moderno, y el azote de esta enfermedad fue el principal factor que devastó a los habitantes de la antigua Atlántida. Las raíces de este espantoso mal están profundamente asentadas en la naturaleza emocional o de deseo, y están cimentadas en el cuerpo astral. El cáncer es parcialmente el resultado de una reacción a las enfermedades conectadas con la vida sexual que devino tan rampante en los postreros días lemurianos y primeros días atlantes.

 

La gente de aquellos tiempos, viendo los aterradores males y la extensión de la enfermedad que surgió de la fértil vida lemuriana, resultante de la promiscua vida sexual por todas partes, con el propósito de autopreservación detuvieron e hicieron retroceder el flujo natural de deseo (el flujo de vida como se expresa a través de los centros de reproducción y procreación), y esto a su debido tiempo produjo otros males. El cáncer es primariamente una enfermedad de inhibición, así como las enfermedades sifilíticas son las de sobre-expresión y sobreutilización de un solo aspecto del mecanismo del hombre.

 

Hoy, debido a los vastos alcances de tiempo involucrado y a las incalculables generaciones de aquellos que han muerto sobre la tierra, los “gérmenes” (así llamados por el pensador ignorante) de la temida dolencia del cáncer se hallan en el suelo mismo en que vivimos, infectando al reino vegetal y también a la familia humana. En el reino mineral se encuentra una correspondencia de las dolencias sifilíticas del hombre.

 

* * *

 

La tuberculosis, que proliferó devastadoramente en cierta etapa de la época atlante, es sin embargo una enfermedad que ha sido generada principalmente en nuestra raza aria, y la estamos trasmitiendo al reino animal y compartiéndola con él. Esto ya comienza a ser comprendido… tan estrecha es la relación entre hombres y animales (particularmente los animales domésticos) que prácticamente comparten hoy con el hombre todas sus dolencias, en una u otra forma, aunque a veces no se lo reconozca. Curiosamente, la causa de este gran azote blanco se halla en que el énfasis de la vida se ha desplazado de la naturaleza emocional a la naturaleza mental, produciendo una temporaria inanición de la naturaleza emocional. El cáncer a su vez se basó similarmente en un previo desplazamiento de la fuerza de vida desde el cuerpo físico al de la naturaleza emocional, produciendo un desarrollo excesivo de la vida celular, por estimulación excesiva. Me doy cuenta de la dificultad de captar estas declaraciones. Sólo puedo darles estos indicios no corroborados. Descubrimientos posteriores solamente pueden comprobar la verdad de mis sugerencias…

 

Es un punto interesante en el campo de la correspondencia esotérica que así como se puede depender de que la luz del alma, afluyendo a la mente, resuelve cualquier problema, así también la luz del sol y sus rayos profilácticos pueden disipar los terribles síntomas de la tuberculosis. Similarmente, a medida que la raza desarrolle correcto control emocional, veremos la gradual desaparición de los fenómenos de cáncer. Dije correcto control emocional; inhibición y la supresión de los impulsos del deseo por la fuerza de la voluntad no es correcto control.

 

En el secreto de la correcta trasmutación reside la cura del cáncer, y esto finalmente será comprendido. Estoy usando esta frase no sólo simbólicamente sino también técnica y científicamente. Esto nuevamente se verá más adelante. En el secreto del correcto vivir rítmico y en un correcto énfasis proporcional sobre todas las fases de la vida vendrá (y está viniendo rápidamente) la total inmunidad a la tuberculosis. En el secreto de la correcta comprensión de tiempos y ciclos, y de la creación reproductiva periódica, la raza emergerá de los males de las enfermedades de trasmisión sexual.

 

Evidentemente, las enfermedades sifilíticas serán las últimas en desaparecer, así como fueron las primeras en devastar la raza. La tuberculosis va desapareciendo. Los especialistas centran ahora su atención en la cura del cáncer.

 

 

 

Extraído de: Un Tratado sobre los Siete Rayos – Tomo IV “Curación Esotérica”, Alice A. Bailey.


Warning: array_key_exists() expects parameter 2 to be array, null given in /home/customer/www/omdemand.com.ar/public_html/wp-content/themes/vice/inc/related_releases.php on line 13
COMPARTIR

Detalles:


Descubrir más
JugarCubiertaEl Título De La Pista
La Pista De Los Autores